viernes

Con dinero baila el libro

La siguiente entrada está hecha con el propósito de evitar que la próxima vez que nuestros ojos se posen en la etiqueta de un libro y nos sobresalte su precio, sea alto o increiblemente bajo, sepamos que la cantidad impresa se debe al manejo que la respectiva casa editorial hace de los asuntos financieros.

La cuenta corre por la casa, cuando menos por la casa editorial. Para invertir (no gastar) en la publicación de libros, las editoriales cubren desde el pago al autor hasta el del fabricante de papel en espera de que las retribuciones por ventas y derechos de uso le brinden más dinero del que apostó inicialmente.

En medio de todo el proceso para publicar un libro, existen aspectos financieros establecidos que Datus C. Smith recorre para hacer una relación entre costos, ingresos y ganancias finales.

Costos

A más libros, más ingresos. A más libros impresos, menor costo por unidad de libro. Es decir, los costos son directamente proporcionales a la cantidad de libros producidos Lo anterior evita que una empresa editorial marche con precios altos, ventas bajas y pocas ganancias. El costo de un libro abarca tres dimensiones:

1. Preparación editorial: pago al autor, diseñador, traductor, corrector de estilo y otros operarios involucrados.
2. Producción o manufactura: imprenta, papel, tinta, pegamento, entre otros.
3. Comercialización y distribución: empaquetado, publicidad, promoción y demás.

Ingresos

Son varios los factores que determinan los ingresos por razón de ventas. El editor debe calcular la probabilidad de estos, bajo ciertas premisas:

1. Precio al público - depende del país, incluso de la editorial, pero se determina multiplicando por 3 o hasta por 6 el costo de elaboración.
2. Cantidad de ejemplares vendidos
3. Descuentos a librerías y otros clientes
4. Costos eventuales de comercialización

El trabajo editorial respecto a términos de inversión-ganancia, está impregnado de la astucia u olfato del editor, pieza central del proceso, "el genio editorial se encuentra en la visión y capacidad analítica con que el editor determina cómo incrementar cantidades, reducir precios y al mismo tiempo obtener mayores ganancias".

Fuente:
Datus C. Smith. “Aspectos financieros” de la Guía para la publicación de libros

lunes

Manual de Carreño editorial

Las recomendaciones que detalla Datus C. Smith, Jr. En su Guía para la publicación de libros, pretenden ser cosas para aprender en el proceso editorial.

Cuando menos, es
o advierte en sus primeras páginas. Sin embargo, recae en lo que había negado y comienza a delinear recetas para comportarse editorialmente. De cualquier manera, brinda lecciones para fortalecer tal camino.

Así, acude a estas líneas el popular dicho: más vale el diablo por viejo que por diablo. Recor
rer un camino difícil con la guía de quien ya lo ha hecho es de gran utilidad, y sucede de tal modo para quien guste aventurarse en la labor editorial. Hay que reconocer las experiencias precedentes para no causar ternuras y sobre todo, pérdidas.

Smith admite el papel transversal que juega en todo proceso de publicación un editor y lo presenta como protagonista del emprendimiento.

El trabajo del editor debe considerar la importancia de fortalecer la industria local, pues por pequeña que sea, en términos monetarios, ésta, en cualquier país representa un elemento de desarrollo social, educativo y económico y, por lo tanto, de la consolidación nacional.

El proceso editorial es una labor en cadena que contiene cuatro elementos imprescindibles:

  • Autor, quien escribe el manuscrito. Además se encuentra respaldado por la legislación sobre derechos de publicación donde se evita la piratería y se reconoce y fomenta la creación literaria.
  • Impresor, que transforma el manuscrito en libro. No es formalmente un participante en la “aventura empresarial” de publicar un libro determinado, sin embargo hace aportaciones como cuidado en la composición tipográfica, el formato, los colores de tinta empleados en la impresión, la elección del papel adecuado, la encuadernación, etcétera.
  • Vendedor o librero, quien se encarga de comprar a la editorial y comercializar los ejemplares producidos.
  • Y el editor, quien asume la tarea de estratega y organizador del esfuerzo conjunto, reúne a los tres primeros elementos y, generalmente, corre los riesgos comerciales (pérdidas o ganancias de la empresa). Éste último, adquiere mayores responsabilidades en cuanto a la previsión, creación, planeación a largo plazo y espíritu de experimentación.
Pero, restringir la aventura a preceptos cuadrados no garantiza el mejor de los resultados. Un buen ejemplo de que no todo sucede siempre como se detalla, es el caso de Eloy Moreno, autor de El bolígrafo de gel verde, lean su historia.

Fuente:
Datus C. Smith, Jr. Guía para la publicación de los libros

miércoles

El cuento de nunca acabar

"Hoy es incuestionable la supremacía de lo digital."

Daniel Cassany

El porvenir de la era digital planteado Daniel Cassany en De lo analógico a lo digital: el futuro de la enseñanza de la composición, es el presente en el que estamos inmersos.

Ahí, describe los procesos de interacción sucedidos en internet, los “protocolos”; su lectura de cómo se saluda en las salas de chat o de cómo se compone un correo electrónico, resulta un tanto obsoleta para esta época, tan sólo en los 10 años que lleva escrita, los comportamientos que delinea son más que un hábito actualmente. El vocabulario “digital” ya forma parte de nuestras costumbres.

Los motores de desarrollo y diferenciación entre la raza humana y las otras especies de seres vivos son sin duda, el habla y la escritura. Estas actividades han estado presentes en la delimitación histórica que han hecho las personas durante su existencia; las dos capacidades de la especie han permitido que sucedan todo tipo de interacciones.

Ahora bien, si el desarrollo mediático y tecnológico del siglo XX influyó en la interacción y globalización de comunidades humanas, el siglo XXI se ha visto acompañado de la expansión de la capacidad comunicativa humana mediante el soporte digital del lenguaje como complemento del soporte analógico.

Tan sólo en dos décadas, en las que lleva existiendo comercialmente, la posición que ha alcanzado la digitalización es la de lo habitual, la vida diaria requiere y se soporta en alternativas de lo analógico. Así, dicha sustitución también ha sucedido en la producción y transmisión de discursos escritos, la recepción se mantiene casi intacta (papel, libro, revista) aunque las publicaciones on line han aumentado.

La virtualidad deshace los límites lingüísticos y geográficos, creando comunidades digitales que se desarrollan más fácilmente gracias a las prestaciones que ofrece éste soporte, por ende, la circulación de publicaciones digitales se populariza y abarata, en tanto la producción de publicaciones analógicas aumenta de precio.

Sin embargo, ante la caótica realidad que parece vislumbrarse, no es justo asumir que los soportes lingüísticos deban estar distanciados, muchas publicaciones ha demostrado que pueden convivir perfectamente con el usuario sin resignarlo a que los consuma vía una sola manera, así, muchas revistas han optado por integrarse al soporte digital, donde ofrecen avances, complementos o las publicaciones enteras por este medio.

Ejemplo de lo anterior son revistas como: Algarabía, Letras Libres, Emeequis o Proceso, tan sólo por citar algunas.

De ninguna manera el alcance de la tecnología se encuentra en un punto de posible retroceso, la mejor alternativa sea quizá: creatividad + adaptación, otro acercamiento a la digitalización son las bibliotecas o librerías virtuales.

Ejemplo de ello, es la tienda virtual Amazon, que rebasa los 10,000 millones de dólares de ventas, por Kindle, un gadget producido y comercializado por el sitio, mismo que puede almacenar hasta 3500 libros. Por cierto, en México, el Fondo de Cultura Económica (FCE) posee 42 títulos en ese formato a la fecha.

No porque exista un soporte (incluso se prefiera más) el otro dejará de ser un complemento mientras existan usuarios que tengan delimitadas sus preferencias de consumo. Parafraseando a Darwin: no sobrevive el más apto, sino el más adaptable.

Fuente:

Cassany, Daniel, De lo analógico a lo digital