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Anatomía del libro

El libro es un objeto de veneración por su edad, su sapiencia y su funcionalidad, cuando menos para los amantes de ellos. Y se sea o no amigo de los libros o de la lectura es necesario reconocer que tal objeto implica un extenso código de signos fácilmente reconocibles.

Dicho código se conforma por elementos externos e internos, que aunque son identificables pocas o nulas veces sabemos cómo se llaman. De tal manera que sin necesidad de aprender el nombre de sus partes y tal vez su uso, muchos saben utilizarlo.

Cada parte de una página funciona como un elemento significativo, más allá del contenido de un texto; juntos, los elementos lingüísticos y visuales, incluídos los espacios vacíos conforman un código lleno de información estructurada, ordenada, socializada y aprendida. Así, podemos reconocer al título por el tamaño de la letra y su posición superior en la página. Logramos entender que una idea fue concluída con un simple punto y aparte y un espacio mayor entre dos renglones.

El nombre y las partes entonces, están establecidas, sin embargo, pueden variar, verse disminuídas o incrementadas según la editorial que los publique, la razón generalmente se relaciona con valores financieros.

De afuera hacia adentro encontramos la
cubierta o primera de forros, es la conocida portada que contiene los principales datos: título, subtítulo, autor y editorial. La segunda de forros, y tercera de forros, se encuentran al interior, generalmente en blanco al menos que la editorial coloque la biografía del autor, publicidad o fotografía; finalmente, la cuarta de forros, o contraportada que incluye alguna reseña o comentarios de la obra.


Ya en el interior se encuentran las páginas falsas o páginas de cortesía, siempre son hojas en blanco, a continuación la falsa portada o portadilla, la cual contiene únicamente el nombre del libro, la portada que incluye los mismos datos que la primera de forros, la página legal donde se asientan los derechos de autor, fecha, ISBN, editorial, lugar de impresión, la dedicatoria o epígrafe que incluye agradecimientos del autor, el índice y la caja de texto o mancha tipográfica, que generalmente debe ocupar un 70 u 85 % de la página.

Fuente: - Zavala Ruiz, Roberto, El libro y sus orillas, México, UNAM, 1995, Biblioteca del Editor.

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